María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, destacados líderes de la oposición venezolana, han solicitado a Estados Unidos y a la comunidad internacional que implementen un régimen de protección para los migrantes venezolanos. Esta petición surge como una medida provisional que facilite el eventual retorno de estos ciudadanos a una Venezuela libre y democrática. Ambos dirigentes enfatizan que la mayoría de los venezolanos en el extranjero son personas trabajadoras y honradas que huyeron del régimen de Nicolás Maduro y que, mientras este permanezca en el poder, no pueden regresar a su país de origen.
Machado y González Urrutia expresan su respaldo a las acciones emprendidas por Estados Unidos contra el Tren de Aragua, una organización criminal venezolana que representa una seria amenaza para todo el hemisferio. No obstante, instan a las autoridades estadounidenses a extremar las medidas necesarias para distinguir entre los miembros de esta banda delictiva y los migrantes venezolanos inocentes, con el fin de evitar una injusta criminalización de estos últimos.
En este contexto, los líderes opositores confían en el estado de derecho que prevalece en los países democráticos, esperando que los venezolanos de bien puedan gozar de la protección y el amparo que las leyes de estas naciones ofrecen. Subrayan la importancia de que las políticas migratorias sean justas y no perjudiquen a quienes buscan refugio y oportunidades en tierras extranjeras debido a la crisis política y social en Venezuela.
Por otro lado, el régimen de Nicolás Maduro ha calificado de «crimen de lesa humanidad» el envío de migrantes venezolanos detenidos en Estados Unidos a una cárcel en El Salvador. Esta reacción se produce tras la deportación de miembros del Tren de Aragua desde territorio estadounidense y su posterior encarcelamiento en el país centroamericano. El gobierno venezolano ha manifestado su intención de presionar para la repatriación de estos individuos.
La situación de los migrantes venezolanos continúa siendo un tema de preocupación internacional. Mientras líderes opositores abogan por su protección y un trato justo, el régimen de Maduro busca repatriar a ciertos ciudadanos deportados. Este complejo escenario resalta la necesidad de políticas migratorias equilibradas que reconozcan las realidades de quienes huyen de regímenes autoritarios y las legítimas preocupaciones de seguridad de los países receptores.