En un final poco convencional de su campaña presidencial, el presidente-candidato Daniel Noboa se presentó en Guayaquil con un mitin que incluyó miles de figuras de cartón de su figura a tamaño real. El evento, celebrado en el Coliseo Voltaire Paladines Polo, exhibió estas réplicas de forma destacada, creando una imagen impactante que subrayó el enfoque único de su campaña.
Estas figuras de cartón, que representan a Noboa con diversos atuendos, se han convertido en una sensación viral en todo Ecuador. Inicialmente pensadas para la publicidad tradicional de campaña, las figuras ganaron popularidad a medida que sus seguidores comenzaron a personalizarlas y compartirlas en redes sociales, lo que llevó a la campaña a producir 40.000 unidades adicionales para satisfacer la demanda del público.
El fenómeno se ha extendido más allá de los mítines políticos, y los ciudadanos las incorporan a su vida diaria, llevándolas a fiestas, reuniones familiares e incluso en el transporte público. Esta amplia participación ha convertido al Noboa de cartón en un ícono cultural, difuminando los límites entre la promoción política y el entretenimiento popular.
Si bien sus simpatizantes acogen con entusiasmo la creativa estrategia de campaña, sus críticos argumentan que la dependencia de las representaciones en cartón puede eclipsar el discurso político sustancial. Algunos opositores sugieren que las figuras simbolizan un enfoque superficial de la campaña, lo que plantea interrogantes sobre la profundidad de la participación electoral.
Dado que se acerca el día de las elecciones en Ecuador, el impacto de las innovadoras tácticas de campaña de Noboa aún está por verse. Las figuras de cartón han dejado una huella innegable en el panorama político, reflejando una combinación de marketing moderno que podría influir en la participación y el sentimiento electoral.