Home PolíticaIgnorancia, obediencia y poder: el ciclo de dominación de las élites en los gobiernos de extrema derecha

Ignorancia, obediencia y poder: el ciclo de dominación de las élites en los gobiernos de extrema derecha

by Ecuador En Directo
  1. Convergencia de poder económico, político, mediático y tecnológico: Las élites contemporáneas no se limitan al control económico. Han integrado en una sola estructura el poder político, mediático y tecnológico, lo que les permite condicionar no solo las políticas públicas, sino también la percepción y conducta de la sociedad. Controlan los grandes conglomerados empresariales, financian campañas políticas, poseen o influencian los principales medios de comunicación y dominan las plataformas digitales a través de algoritmos y manipulación informativa.
  2. El poder económico como eje del sistema: El capital concentra la capacidad de decisión sobre la producción, el empleo y el crédito. Estas élites impulsan políticas fiscales regresivas, privatizaciones y desregulación laboral que aumentan sus márgenes de ganancia mientras reducen los recursos del Estado para educación, salud y bienestar social. La acumulación de riqueza se traduce en poder político y capacidad de imponer agendas que benefician a una minoría.
  3. El poder político como instrumento de protección del privilegio: Los gobiernos alineados con estas élites crean marcos legales que blindan sus intereses: flexibilizan el trabajo, debilitan sindicatos, reducen impuestos al capital y criminalizan la protesta social. La democracia se vacía de contenido cuando las instituciones actúan en función del poder económico y no del bien común. La limitación del acceso a una educación pública de calidad impide el desarrollo de pensamiento crítico y la comprensión de las causas estructurales de la pobreza. Un pueblo desinformado tiende a aceptar su situación como natural, lo que garantiza obediencia política y pasividad social.
  4. El poder mediático y la manipulación de la conciencia: A través del control de los grandes medios, se fabrican narrativas que legitiman la desigualdad y presentan la pobreza como consecuencia de la falta de esfuerzo individual y no del sistema imperante. La saturación de mensajes superficiales y el ocultamiento sistemático de los conflictos estructurales fomentan una cultura de resignación. La información se convierte en propaganda, y el pensamiento crítico en amenaza. Medios de comunicación concentrados, discursos religiosos o nacionalistas, y programas asistenciales condicionados funcionan como mecanismos de control.

Los gobiernos controlados por élites económicas suelen diseñar políticas que priorizan la estabilidad macroeconómica y la acumulación de capital sobre la redistribución y el bienestar social. Esto perpetúa la brecha entre clases y reduce las oportunidades de movilidad social.

5. El poder tecnológico y el nuevo control social:

Las redes sociales, plataformas digitales y sistemas de vigilancia amplifican la influencia de las élites. Los algoritmos priorizan contenidos que polarizan o desinforman, debilitando la capacidad colectiva de discernir. El control de los datos permite dirigir emociones y comportamientos, transformando la tecnología en una herramienta de dominación más efectiva que la censura tradicional.

  1. La consecuencia es un pueblo obediente e impotente: La combinación de pobreza material, desinformación y manipulación tecnológica genera una masa social desmovilizada, dependiente y temerosa. La obediencia no se impone solo por la fuerza, sino por la ilusión de progreso y libertad dentro de un sistema cerrado.
  2. Ruptura del ciclo: Superar esta dominación requiere reconstruir la soberanía del conocimiento, es decir, educación pública crítica, democratización de los medios, transparencia tecnológica y recuperación del Estado como instrumento del bien común. Solo una ciudadanía informada y consciente puede desmantelar la alianza entre capital, poder y manipulación.

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