El huracán Melissa se intensifica con rapidez en el Caribe y alcanza la categoría 5, desatando la alarma en Jamaica y en varios países costeros que ya están recibiendo lluvias torrenciales y vientos extremos. Las autoridades locales ordenan evacuaciones masivas y habilitan cientos de albergues mientras la tormenta avanza lentamente, un factor que aumenta el riesgo de inundaciones y deslizamientos en zonas vulnerables.
Informes desde Haití y la República Dominicana confirman que Melissa ya dejó muertes y daños por inundaciones y derrumbes en sectores montañosos; en algunas comunidades los accesos quedaron cortados y la comunicación es intermitente.
Imágenes satelitales y material de prensa muestran columnas de nubes y lluvia que rodean el ojo del huracán; por lo que los meteorólogos advierten que los totales de precipitación podrían superar los 200–400 mm en áreas expuestas. Los servicios de emergencia en Jamaica reportan que ya hay comunidades incomunicadas y cortes de energía generalizados, y las previsiones estiman que el impacto podría dejar daños severos en infraestructura, cultivos y vivienda en el norte de la isla.
Organismos internacionales y oficinas nacionales de protección civil recomiendan máxima precaución, como evitar desplazamientos, asegurarse en refugios oficiales y prepararse para cortes prolongados de agua y electricidad mientras dura el paso del fenómeno.
Con Melissa ya posicionada como una de las tormentas más fuertes de la temporada, la región enfrenta ahora la doble urgencia de ejecutar evacuaciones seguras y de activar planes de respuesta para minimizar pérdidas humanas y daños materiales.