En Cuenca, la tarde de este 5 de noviembre, se desató un violento tiroteo cuando dos hombres fueron asesinados a tiros en una camioneta doble cabina roja alquilada, en la exclusiva Avenida Ordóñez Lasso, cerca de Los Cedros. Una motocicleta con dos hombres armados se aproximó rápidamente al vehículo; uno de ellos saltó de un Chevrolet negro y abrió fuego con más de una docena de disparos, hiriendo a las víctimas, identificadas como Christian René Ibarra Ronquillo, de 27 años, y Mohamed Alessandro Ewida Coello, de 18. Los perpetradores huyeron en dos motos y la camioneta utilizada en el ataque fue abandonada horas después en la parroquia rural de Ricaurte, al noroeste del lugar de los hechos.
Las investigaciones de la Policía Nacional y la Fiscalía General del Estado acordonaron la concurrida zona residencial, recuperaron 13 casquillos percutidos y fragmentos de bala, documentaron las pruebas del ataque en un barrio considerado seguro durante mucho tiempo e iniciaron de inmediato el análisis de las grabaciones de las cámaras de vigilancia privadas que muestran la emboscada coordinada en movimiento.
Las autoridades informaron que la camioneta en la que viajaban los dos hombres había sido robada aproximadamente treinta minutos antes del asesinato y utilizada como arma contundente en el ataque, mientras que una de las motocicletas fue encontrada incinerada y la otra arrojada a un barranco en la parroquia rural de Sinincay. Estos hechos subrayan la naturaleza organizada del acto y aumentan la preocupación de las fuerzas del orden ante el incremento de las ejecuciones al estilo de pandillas en la región de Azuay.
El alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, convocó a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ciudad e instó al Gobierno Provincial de Azuay y a la Policía Nacional a presentar un plan detallado ante lo que describió como un drástico aumento de muertes violentas en las últimas semanas, con ocho homicidios registrados tan solo en octubre y noviembre, lo que contrasta fuertemente con la histórica reputación de la ciudad por su baja criminalidad.
Vecinos del distrito reportaron haber escuchado disparos de armas automáticas y abandonaron la zona conmocionados. Señalaron que la intersección de la Avenida Ordóñez Lasso y Los Cedros, generalmente tranquila, ahora presenta impactos de bala en las puertas de una camioneta y está acordonada por técnicos forenses que toman huellas dactilares, restos de vehículos y casquillos bajo la cinta amarilla de la investigación formal.
Las investigaciones preliminares sugieren posibles vínculos con disputas territoriales entre organizaciones criminales que operan en la región, incluyendo la tristemente célebre banda Los Lobos, cuyas escaladas internas han provocado en los últimos meses múltiples asesinatos en el centro de Cuenca, la penitenciaría y zonas periféricas. Sin embargo, las autoridades advierten que el móvil aún no se ha confirmado, a la espera de un análisis forense y de inteligencia completo.
Esta doble ejecución de alto perfil, en un barrio de alto poder adquisitivo, conmociona a los ciudadanos y comerciantes locales, quienes ahora temen que la delincuencia ya no se limite a las periferias, sino que haya penetrado en sectores de élite. Esto ha generado nuevos llamados a la instalación de cámaras de vigilancia, mejor alumbrado público, detenciones más rápidas de sospechosos y mayor coordinación entre los organismos de seguridad municipales, provinciales y nacionales.
