El jefe de seguridad informática de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), fue asesinado la tarde del jueves 6 de noviembre en un restaurante ubicado a pocos metros de la matriz de la institución, en la zona de la avenida Occidental, en Quito. Fuentes periodísticas y registros de cámaras de seguridad coinciden en que la víctima se encontraba almorzando con un compañero de trabajo cuando un agresor ingresó al local y le disparó a quemarropa.
Imágenes difundidas por medios locales muestran a un sujeto que vistió camiseta roja y llevaba un casco de motociclista acercándose a la mesa y efectuando los disparos; el acompañante de la víctima logró ponerse a salvo y escapar del lugar. Testigos y reportes policiales señalaron además que el agresor intentó disparar contra una segunda persona, pero que el arma se trabó, lo que impidió que hubiera más víctimas. En el restaurante se recogieron varios indicios balísticos que ahora forman parte de la investigación.
Los medios describieron a la víctima como el jefe de seguridad informática o integrante de la Dirección Informática de la ANT; sin embargo, existen discrepancias en las primeras versiones sobre su edad. Mientras algunos reportes iniciales consignaron que la víctima tenía entre 28 y 30 años, otras crónicas periodísticas señalaron que el fallecido era un funcionario de 53 años. La ANT emitió un comunicado lamentando el hecho y calificándolo como un “vil y cobarde acto”, y aseguró que colaboraría con las pesquisas.
La Policía Nacional y personal de Criminalística acudieron de inmediato al sitio para cercar la escena, levantar evidencias y proceder al levantamiento del cadáver, según las versiones publicadas por los medios. Fuentes oficiales indicaron que el ECU 911 coordinó la respuesta y que se recogieron al menos seis indicios balísticos en el lugar, que serán objeto de peritajes forenses. Las autoridades informaron que las pesquisas estaban en curso y que se revisan las grabaciones de las cámaras para identificar al autor o autores y posible ruta de huida.
Periodistas que cubrieron la escena y analistas locales han señalado que el tipo de ataque, la entrada al local y el disparo directo contra la víctima, guarda similitudes con casos de sicariato que han ocurrido en el país en los últimos años, lo que encendió la alarma sobre la seguridad de los funcionarios públicos y la exposición de trabajadores que realizan trámites o almuerzos cerca de sus sedes laborales. La ANT, por su parte, expresó que no cederá “ante intentos de desestabilización” y pidió a la ciudadanía confiar en las investigaciones.
Hasta la publicación de los primeros reportes periodísticos no se habían informado detenciones vinculadas al ataque; diversas fuentes advirtieron que la pesquisa continuaría durante las próximas horas con la revisión de cámaras y entrevistas a testigos. Medios locales citaron además que los investigadores rastreaban posibles conexiones del agresor con rutas habituales en motocicleta y que se examinaban teléfonos y vehículos en la zona como parte del trámite investigativo.