La popularidad de Alberto Fernández en Argentina y de Iván Duque en Colombia están a la baja, y la de Jair Bolsonaro en Brasil, al alza. En Chile, Sebastián Piñera recuperó un poco el terreno perdido en la crisis política del año pasado. En Bolivia, Janine Añez enfrenta un amplio rechazo, al igual que Lenín Moreno en Ecuador y Martín Vizcarra en Perú. Y Luis Lacalle Pou disfruta un pico de aceptación en Uruguay que no logró alcanzar Mario Abdo Benítez en Paraguay.
Este es el panorama general que enfrenta la imagen de los presidentes de Sudamérica seis meses después de que la pandemia de coronavirus llegara a la región y los obligara a diseñar estrategias para evitar la propagación de contagios, muertes y la saturación del sistema de salud.
El 26 de febrero de 2020, Brasil confirmó el primer caso de Covid-19. Desde entonces, la enfermedad se extendió en la región, se impuso como un problema prioritario, modificó las agendas políticas internas, fortaleció a algunos gobiernos y debilitó a otros. Mientras llega la vacuna, el escenario seguirá siendo incierto para todos.
Argentina: la polarización
La pandemia estalló en Argentina cuando Alberto Fernández llevaba sólo tres meses en el gobierno. La crisis económica que ya padecía el país se profundizó con la emergencia sanitaria, misma que enfrentó decretando una cuarentena obligatoria a nivel nacional el 20 de marzo y cerrando las fronteras.
Con el paso de los meses, las restricciones se modificaron. En la mayoría de las provincias hubo aperturas, ya que más del 90 % de los casos se registran en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Hoy los vuelos comerciales siguen vedados, con escasas excepciones, pero la flexibilización en la capital es cada vez mayor, al mismo tiempo que los profesionales de la salud advierten un agotamiento y posible colapso porque los contagios siguen en alza.
El respaldo opositor que Fernández logró al principio de la pandemia, y que fue inesperado dada la polarización que predomina en el país, ya se desdibujó. Las protestas callejeras en su contra son recurrentes e impulsadas por el expresidente Mauricio Macri y varios de sus aliados más radicalizados.
En las primeras semanas de la emergencia, la popularidad del presidente llegó a superar el 80 % e incluso informes internacionales reconocían que tenía uno de los manejos más exitosos de la pandemia. En el último sondeo publicado por la consultora Poliarquía, la valoración positiva de Fernández cayó a un 60 %.
Hasta ahora, Argentina registra 439.172 contagios y 9.155 muertes. Es el décimo país con más casos confirmados, pero la tasa de letalidad es una de las más bajas.
La nota optimista de estos meses fue el anuncio del acuerdo entre Argentina y México para producir en conjunto la vacuna Oxford-AstraZeneca, que es una de las más desarrolladas, para distribuirla en América Latina cuando esté lista y aprobada.
Brasil: el negacionismo
Al presidente Jair Bolsonaro le benefició el endurecimiento de su discurso de ultraderecha y el reparto de programas sociales en medio de la pandemia.
Hoy, a pesar de que Brasil es el segundo país del mundo con mayor número de contagios (4.001.422) y muertes (123.899) el presidente goza de una popularidad del 37 %, que es su nivel más alto desde que llegó al poder, de acuerdo con los últimos resultados de una encuesta realizada por el Instituto Datafolha.
Bolsonaro ha protagonizado la emergencia sanitaria a escala global, ya que es uno de los jefes de Estado que mayores escándalos ha provocado al minimizar al coronavirus, negarse a aplicar cuarentenas porque cree más en cuidar la economía que la salud de las personas, por incumplir las medidas de prevención como distancia social y tapabocas y porque, a pesar de que terminó contagiándose de coronavirus, mantuvo su discurso negacionista e incluso recomendó el uso de hidroxicloroquina para «curar» el coronavirus, lo que contradice todas las recomendaciones médicas porque su consumo pone en riesgo a la salud.
Fuente: RT