Tel Aviv habría utilizado minas acuáticas y otras armas para sabotear los buques iraníes ante los temores de que las “ganancias del petróleo estén financiando al extremismo” en la región.
Israel ha atacado al menos a una docena de barcos con destino a Siria desde finales de 2019, la mayoría de los cuales transportaban petróleo iraní, “por temor a que las ganancias del petróleo estén financiando el extremismo en Oriente Medio”, según informó este jueves el periódico The Wall Street Journal, citando a funcionarios regionales y estadounidenses no identificados.
De acuerdo con el medio, Tel Aviv utilizó minas acuáticas y otras armas para sabotear a buques iraníes o que transportaban carga iraní, incluido armamento, en el mar Rojo y en otras áreas de la región.
En particular, Israel supuestamente llevó a cabo tres ataques contra petroleros en 2019, mientras que en 2020 seis barcos operados por Irán fueron atacados. Al mismo tiempo, se informa que estas acciones no hundieron ningún petrolero, pero obligaron a al menos dos de ellos a regresar a puertos iraníes.
Los ataques, si se confirman, sugerirían un nuevo frente en el duradero conflicto entre Tel Aviv y Teherán.
A principios de marzo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó a Irán del “mayor enemigo de Israel”, destacando que su país está “derrotándolo en toda la región”. Además, el alto cargo dijo que Teherán está “claramente” detrás de la explosión sufrida por el portavehículos MV Helios Ray, de propiedad israelí, en el golfo de Omán, una acusación que fue rechazada por la República Islámica.
Entre tanto, un vocero de la empresa naviera iraní IRISL informó esta semana de un ataque sufrido por uno de sus portacontenedores el pasado 10 de marzo. El portavoz no acusó a ningún país de ser el responsable, pero señaló que “estos actos terroristas son producto de la piratería marítima”.
El pasado diciembre, el canciller de Irán, Mohamad Yavad Zarif, declaró que el asesinato del principal científico nuclear del país, Mohsen Fakhrizadeh, era fruto de una conspiración de Israel, EE.UU. y Arabia Saudita.