La Comisión Europea propuso este miércoles su programa de certificación sanitaria para facilitar los viajes en la Unión Europea y trabajar para salvar la temporada turística de verano del norte, una medida que no es indudable y que aún debe ser aprobada por todas las partes.
El documento llamado “Certificado Digital Verde” acreditará que su titular ha sido vacunado contra el COVID-19, ha pasado un examen de PCR con resultado negativo o es inmune al contagio.
“Queremos ayudar a los Estados miembros [de la UE] a restablecer la libertad de circulación de una forma segura, responsable y digna de confianza”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al presentar la propuesta.
La idea fue lanzada y defendida desde fines del año pasado por países que dependen del turismo, en particular Grecia. Esta iniciativa tendrá que se aprobada por el Parlamento Europeo y por los estados miembros.
Esta especie de ‘pase sanitario’ incluirá datos personales y una identificación única mediante un código de barras de lectura digital. El certificado podrá ser portado en un teléfono inteligente o en un documento en papel.
Uso no discriminatorio
Con relación a la vacunación, el certificado tendrá en cuenta las cuatro vacunas que ya fueron autorizadas para aplicación en la UE: las de BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson, aunque cada país podrá aceptar certificación de otras vacunas.
El certificado será válido en todos los países europeos y la intención de la comisión es que esté disponible a tiempo para la temporada del verano boreal (de fines de junio a fines de septiembre).
El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, apuntó que el certificado “no será un requisito previo para ejercer el derecho a la libre circulación y no discriminará de ningún modo”.
De igual modo, añadió Reynders, cada país podrá adoptar decisiones sobre el uso eventual de estos certificados en actividades que no estén relacionadas a los viajes, como acceso a restaurantes o espectáculos públicos.
La Comisión anunció también una propuesta legislativa para establecer “un marco común” sobre el certificado digital, así como un proyecto de normativa para emitir esos certificados a ciudadanos de terceros países que residan en la UE o en los países asociados del espacio Schengen.
“Por razones jurídicas, son necesarias propuestas separadas para los ciudadanos y los no ciudadanos de la UE”, apuntó la Comisión, aunque señaló que “no existe diferencia de trato entre los ciudadanos y los no ciudadanos de la UE admisibles a efectos de los certificados”.
Cuestionamientos
No obstante, la iniciativa no está libre de criticas y suscita severos cuestionamientos.
Desde un punto de vista científico, aún existen incertidumbres acerca de si las personas vacunadas pueden portar el virus de forma asintomática y transmitirlo.
“Aparentemente hay una reducción en la transmisión, pero aún no sabemos en qué medida’, dijo Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
Además, las campañas de vacunación en la UE han logrado que apenas el 3,5% de la población ha recibido las dos dosis de la vacuna, y por ello se teme una discriminación en perjuicio de las personas que aún aguardan su vacuna.
Bélgica, en particular, se ha mostrado reacia a la idea de condicionar la entrada a un país europeo a la presentación de un certificado de vacunación, por considerar que ello equivaldría a hacerlo obligatorio.
La idea también es prematura, apuntó la entidad no gubernamental Liberties, que considera la UE debería más bien “centrar sus esfuerzos en un despliegue rápido y equitativo de su programa de vacunas”.
Poco después del anuncio, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) saludó la iniciativa y pidió que los países de la UE aprueben “muy pronto” la emisión del certificado.
“Deberíamos ver algo similiar en todo el mundo si puede ayudar a reabrir los viajes aéreos”, señaló el director de la institución, Alxandre de Juniac.