Casablanca (Marruecos), 4 abr (EFE).- Casi 1.200 españoles o residentes en España tomaron hoy un barco y un avión fletados dentro de un dispositivo especial para repatriar a las cerca de 4.000 personas que quedaron varadas en Marruecos cuando el país magrebí cerró el martes el espacio aéreo con España por razones sanitarias.
El barco de Balearia salió desde el puerto de Tánger Med con destino a Algeciras, con 800 pasajeros a bordo, poco después de las 4h30 hora local (una más en España) mientras que casi al mismo tiempo un avión de Iberia transportaba a 348 pasajeros desde Casablanca hasta Madrid.
El anuncio de la suspensión de vuelos con España -que también se hizo extensiva a Francia- tomó desprevenidos a cerca de 4.0000 españoles que se encontraban de vacaciones en Marruecos en esta Semana Santa.
Había surferos que se encontraban en Dajla, en el sur del Sáhara Occidental, aventureros en las dunas de Merzuga y hasta grupos de viajes organizados en mitad del circuito de las «ciudades imperiales» que tuvieron que reprogramar sus viajes de vuelta, en unos casos adelantándola, o en otro retrasándola.
Nada más conocerse la anulación de vuelos, la Embajada de España se puso en marcha para negociar con las autoridades marroquíes medios extraordinarios de repatriación de sus ciudadanos, que se han concretado hasta el momento en dos barcos (el de Balearia y otro de Transmediterránea, el próximo martes) y un avión.
Iberia programó en un primer momento un vuelo de 200 plazas, pero al constatar el aluvión de demandas, cambió de aparato por un Airbus 350, el de mayor capacidad de su flota, explicó a Efe Juan Carlos Álvarez, director general para África, presente en el aeropuerto de Casablanca para supervisar la operación.
Entre los pasajeros del avión, la sensación general era de alivio, aunque todos lamentaban la cantidad de dinero que habían tenido que pagar sin tener prevista para costear nuevas pruebas PCR, noches de hotel suplementarias o transportes para llegar a tiempo hasta Casablanca.
«Imagínate -decía Nicolás, aficionado madrileño al surf-, esto me ha costado 400 euros en gastos extras, que es todo lo que yo había previsto para mi estancia en Dajla».
Y sin embargo, el vuelo de hoy no se parecía en nada a los vuelos de repatriación operados durante 2020, también desde el aeropuerto de Casablanca y del puerto de Tánger: entonces, primaron los casos «humanitarios», de personas con enfermedades o tratamientos médicos costosos, mujeres embarazadas o familias separadas por el confinamiento.
En los viajes de hoy, el perfil dominante eran españoles que se desplazaron a Marruecos aprovechando que es más fácil viajar fuera que dentro de España, y que Marruecos hasta la semana pasada ponía alfombra roja a los turistas europeos justo cuando su sector turístico, vital como creador de empleos y proveedor de divisas, empezaba a sacar la cabeza tras un año de bancarrota.
En Marruecos, las restricciones de movilidad son casi inexistentes para los turistas, salvo los toques de queda nocturnos en todas las ciudades, y eso ha permitido el regreso paulatino de los viajeros desde Europa, de donde procede la mayoría de visitantes al país magrebí.
Después de los viajes especiales fletados hoy, quedarán en Marruecos cerca de 3.000 españoles más que siguen varados, para los que se trabaja en nuevos viajes de repatriación en los próximos días, según han confirmado fuentes de Balearia en cuenta de Twitter y dijeron a Efe fuentes de Iberia.
El cierre del espacio aéreo con España y Francia -principales proveedores de turistas y viajeros a Marruecos- fue decidido para evitar la propagación en el país de las nuevas cepas del coronavirus, que dé al traste con el manejo exitoso que el país ha tenido con la pandemia hasta ahora.
El número total de contagiados por la COVID-19 en Marruecos ha sido de 497.832 personas, de las que 8.842 han muerto; en cuanto a los vacunados, 4,3 millones de personas han recibido la primera dosis y 3,8 millones las dos dosis.