La frontera del Tarajal que separa a la ciudad española de Ceuta con Marruecos ha registrado desde las primeras horas de este martes nuevas entradas por el mar de migrantes marroquíes, un día después de registrar un ingreso masivo calculado en 6.000 personas, de ellas 1.500 menores de edad.
La crisis migratoria desatada en el norte de África vive un nuevo episodio este martes, cuando miles de marroquíes procedentes de diferentes regiones, subsaharianos y hasta ciudadanos de países árabes como Yemen se dirigen, por segundo día consecutivo desde la ciudad marroquí de Castillejos hacia Ceuta.
Al respecto, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, advirtió este martes a Marruecos que garantizará la integridad territorial de España «con todos los medios necesarios», tras la oleada masiva de inmigrantes marroquíes que llegaron al país en las últimas horas por vía marítima.
En una breve comparecencia, Sánchez evaluó los sucedido en la ciudad española de Ceuta, en el norte de África, adonde desde ayer llegaron cerca de 6.000 inmigrantes marroquíes, muchos de los cuales han sido enviados de nuevo a su país.
Un grupo numeroso de personas saltaron desde la mañana de este martes las barreras formadas por las autoridades marroquíes mientras la caravana se dirige hacia el espigón separador de las dos ciudades.
El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció el martes que España ya ha devuelto a Marruecos 1.500 de los 6.000 migrantes que entraron en las últimas horas a Ceuta.
En declaraciones a la televisión pública española, el ministro adelantó que continuarán las devoluciones para «revertir la situación». Las fuerzas militares españolas utilizaron gases lacrimógenos para contener a los migrantes.
En relación con los alrededor de 1.500 menores que se encuentran entre los migrantes llegados a Ceuta, Grande-Marlaska dijo que para su protección se aplicarán «la ley, los tratados internacionales y nuestros convenios con Marruecos».
También explicó que llegarán a la ciudad norteafricana 200 efectivos, 150 policías nacionales y 50 guardias civiles, para complementar la plantilla de 1.100 que se encuentran allí con carácter ordinario.
La presión migratoria fue constante a lo largo de toda la jornada del lunes en Ceuta y las autoridades de la ciudad están realizando con el Gobierno español todas las «acciones necesarias» para «revertir la actual situación y volver cuanto antes a la normalidad», según Grande-Marlaska.
A lo sucedido en Ceuta se une además las decenas de migrantes subsaharianos que esta madrugada saltaron la valla fronteriza entre España y Marruecos, en Melilla, también ubicada en el norte de África.
A lo largo de 2021 se han registrado entradas a nado desde Marruecos, la más reciente el pasado 27 de abril, aunque desde hacía 15 años no se producía una llegada masiva como la de este lunes en una sola jornada y ante la falta de vigilancia costera por parte de las autoridades marroquíes.
La crisis tiene ramificaciones en la política interna y la diplomacia españolas.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró el mismo día que no le consta que lo ocurrido pueda ser una medida de presión de Marruecos por la presencia del líder del Frente Polisario (Sahara occidental), Brahim Ghali, en un hospital español.
A lo interno, los partidos de oposición de derecha, Popular y Vox, utilizan el asunto en sus diatribas antimigrantes contra el gobierno de Pedro Sánchez.