Ante la rápida propagación de la contagiosa variante delta del coronavirus y la relativamente baja tasa de vacunación pese a que, al contrario que en otros muchos países, todos los adultos tienen acceso a la inmunización desde hace meses, ha convertido a Estados Unidos en el lugar del mundo donde más rápido está empeorando la pandemia.
Entre el 19 al 25 de julio se registraron 500,332 casos de COVID-19, lo que representa un aumento del 131% con respecto a la semana anterior, más que en cualquier otro lugar del mundo, según datos de organización mundial de la salud. Le siguen Brasil con 324,334 contagios (un 13% más) e Indonesia con 289,029 (un 17% más).
Para intentar frenar esta tendencia, Joe Biden, presidente de EEUU anunció este jueves que los tres millones de trabajadores federales o contratistas deberán vacunarse o someterse a estrictas pruebas contra el COVID-19. Además, el presidente instó a las autoridades estatales y locales a premiar con 100 dólares a todas las personas que se vacunen a partir de hora, usando para ellos los 350,000 millones en fondos adicionales aprobados por el Congreso en el Plan de Rescate Estadounidense.
Por otro lado cualquier empleado o contratista federal que no se vacune deberá usar mascarilla en su sitio de trabajo, sin importar dónde se encuentre, mantener una la distancia de al menos 6 pies con todos los empleados y visitantes y someterse a pruebas semanales o quincenales, además de estar sujeto a restricciones de viaje para asuntos oficiales.