El director de oceanografía y meteorología del Inocar explicó que por vientos anómalos del anticiclón del Pacífico ahora se esperan lluvias intensas en enero y febrero.
El Niño pierde energía en Ecuador y el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar) descarta de forma definitiva un evento extremo, de intensidad fuerte. Pero aún se prevén precipitaciones por encima de lo normal en la época lluviosa de 2024. El Niño sufre un debilitamiento temporal que ha provocado el retraso de las lluvias, con los primeros estragos situados por ahora en el norte del país.
Michael Linthon, director de oceanografía y meteorología del Inocar, informó que las lluvias debían iniciar según los pronósticos entre finales de noviembre y diciembre en la Costa. Ahora se esperan las precipitaciones más intensas desde mediados de enero y febrero.
Linthon explica cómo el desplazamiento anómalo del anticiclón del Pacífico cambió el panorama de El Niño en el país, al menos de forma momentánea. Se trata de un sistema de fuertes vientos que se suele ubicar a la altura de Chile, que “nunca ha tenido gran influencia en Ecuador” y que se acercó a costas ecuatorianas probablemente como efecto del cambio climático.
El teniente de navío de la Armada de Ecuador también responde a los indicios sobre un posible desarrollo del fenómeno de La Niña en 2024, evento asociado a temperaturas más frías, que ya influyó en el clima global entre 2020 y 2023.
El fenómeno de El Niño como tal está presente en Ecuador desde el 18 de septiembre, cuando se declaró oficialmente su presencia en el país. El monitoreo de las condiciones ha sido permanente. Los indicadores son palpables hasta ahora, en la temperatura del mar y en el nivel del mar.
Se puede decir que es un debilitamiento momentáneo. Pero siendo más precisos se trata del retraso del inicio de las lluvias por El Niño en buena parte del país, porque el fenómeno sigue presente.