Una clínica clandestina, donde aparentemente se brindaba atención a pacientes con problemas de adicciones, fue clausurada en Quito durante la madrugada del lunes 6 de mayo de 2024. El lugar se encontraba en la parroquia de Alangasí.
Durante un operativo de control, la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina (Acess) cerró el establecimiento, tras recibir una llamada que alertaba sobre irregularidades en su funcionamiento.
El personal de Acess confirmó que en la instalación se realizaba actividad médica sin el permiso correspondiente ni certificado de licenciamiento. Además, se hallaron registros médicos, contratos de servicios de salud, así como suministros y equipos utilizados para la atención médica.
La entidad proporcionó imágenes que muestran varias habitaciones en una casa con áreas verdes, cada una equipada con al menos diez camas y espacios limitados para pertenencias personales, además de daños en las paredes y el suelo.
También se descubrieron numerosos medicamentos e insumos utilizados para los tratamientos. Sin embargo, la entidad no ha precisado la cantidad de pacientes que estaban siendo tratados ni el personal que trabajaba en el lugar.
Es el segundo centro de tratamiento para adicciones clausurado en el mismo día. En el cantón Pichincha, provincia de Manabí, se clausuró otra clínica que tampoco contaba con los permisos necesarios, la cual estaba atendiendo a 18 personas, entre ellas una mujer, una persona identificada como transexual y 16 hombres.