En el Centro de Privación de Libertad Guayaquil No.4, ubicado en la vía a Daule en Guayaquil, Javier S. fue una de las personas privadas de la libertad que recibieron la vacuna contra el COVID-19. Esta acción es parte de un esfuerzo mayor para proteger la salud de la población carcelaria en Ecuador, reconociendo que la prevención de enfermedades en espacios cerrados es crucial para evitar brotes que podrían tener consecuencias graves.
El proceso de vacunación fue llevado a cabo por personal de salud pública del Distrito 09D08 Pascuales 2, quienes ingresaron al reclusorio para administrar la unidosis anual de la vacuna de la marca Moderna. El Ministerio de Salud explicó que garantizar el acceso a la vacuna para personas privadas de la libertad es una medida esencial no solo para proteger su salud individual, sino también para prevenir la propagación del virus y reducir riesgos de brotes epidémicos, hospitalizaciones y muertes dentro de estos centros.
Para asegurar que la actividad se desarrollara sin contratiempos, se implementaron estrictos protocolos de seguridad. El Ministerio señaló que durante la jornada se mantuvo el orden y el control de la población interna con el apoyo de personal del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), junto con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Esto reflejó un enfoque coordinado para salvaguardar tanto a los internos como al personal involucrado en el proceso de vacunación.
El Ministerio de Salud Pública ya había comenzado la inmunización contra el COVID-19 en mayo, como parte de su esquema regular, tras la llegada de nuevas vacunas actualizadas de Moderna. Con una inversión de 8 millones de dólares, se adquirieron 500.000 dosis, subrayando el compromiso del gobierno en la lucha contra la pandemia y en la protección de la salud de todos los sectores de la población, incluidas las personas privadas de la libertad.
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