El Gobierno de Colombia ha enviado un avión con suministros y personal especializado para apoyar en la lucha contra el incendio forestal que afecta a Quilanga, en la provincia de Loja, Ecuador. Este envío incluye una serie de herramientas cruciales para el combate del fuego, como 20 cajas del sistema Guardian Caylym, que es utilizado para lanzar agua desde el aire, tres Bambi Bucket, que son dispositivos especializados para transportar agua mediante helicópteros, y una piscina con capacidad para almacenar 10,000 galones de agua. Además, el personal militar especializado en operaciones aéreas de extinción de incendios fue desplegado como parte de esta misión.
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) de Colombia informó que esta iniciativa tiene como objetivo fortalecer las acciones en la región y contribuir a la gestión de los incendios en territorio ecuatoriano. La colaboración entre los dos países en este momento crítico resalta la importancia de la cooperación internacional para enfrentar desastres naturales que pueden tener un impacto devastador en las comunidades locales.
Como parte del esfuerzo, cinco oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) fueron trasladados a Ecuador. Este equipo incluye pilotos, técnicos maestros de carga, y especialistas en el mantenimiento de equipos especiales, quienes tienen la misión de capacitar a las tripulaciones ecuatorianas en el uso de los nuevos sistemas de extinción de incendios. La transferencia de conocimientos es clave para mejorar la capacidad de respuesta de Ecuador ante incendios forestales de gran magnitud.
El apoyo de Colombia se activó a través del Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas de América (SICOFAA) el pasado viernes, en respuesta a la emergencia provocada por el incendio que comenzó en la localidad rural de San Antonio de las Aradas. El fuego ha causado daños significativos, afectando a unas sesenta familias, de las cuales diez han quedado damnificadas. Esta situación subraya la gravedad del incendio y la necesidad urgente de colaboración internacional para mitigar sus efectos y proteger a las comunidades afectadas.
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