El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha implementado un nuevo estado de excepción en el país, efectivo desde el 3 de octubre de 2024. Este decreto se enfoca en seis provincias, incluyendo Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena y El Oro, así como en dos cantones específicos: Quito, en la provincia de Pichincha, y Camilo Ponce Enríquez, en Azuay. La medida responde a preocupaciones sobre la seguridad pública y el orden interno.
Dentro de las disposiciones del estado de excepción, se ha establecido un toque de queda nocturno en 19 cantones y una parroquia de Guayaquil. Esta es la cuarta vez que el presidente Noboa decreta un estado de excepción de este tipo, argumentando que hay una «grave conmoción interna» en el país, así como la existencia de un conflicto armado interno que requiere atención urgente.
Es importante señalar que este decreto debe ser revisado por la Corte Constitucional de Ecuador, que ya había rechazado dos intentos anteriores de establecer un estado de excepción focalizado. En la última revisión, la Corte aprobó el decreto, pero solo en relación con la conmoción interna, desestimando la parte que hacía referencia al conflicto armado.
El decreto también implica la suspensión del derecho a la inviolabilidad del domicilio en las áreas afectadas, lo que permite a las autoridades realizar inspecciones y allanamientos en busca de grupos armados organizados. Asimismo, se ha restringido la libertad de reunión, limitando actividades que puedan comprometer la seguridad pública. Durante esta situación, las Fuerzas Armadas y la Policía estarán activas en las provincias afectadas para intentar controlar la creciente violencia y el crimen organizado.