Este viernes 9 de mayo se produjo el asesinato de 11 militares ecuatorianos mientras incursionaban en la provincia de Orellana, para trabajar en el control del narcotráfico y minería ilegal. La fuerza pública realizaba un patrullaje en la selva, específicamente en Alto Punino, ubicado en la parroquia Dayuma del cantón Francisco de Orellana.
La incidencia de la problemática en la región amazónica, sitúa de relieve la urgencia en que vive el país en materia de seguridad, mas sin embargo, el control militar dio resultados no esperados, pues el Ejército se enfrentó con la guerrilla colombiana Comandos de la Frontera, quienes dispararon por varias ocasiones a los connacionales, dando la cifra de 11 muertos.
El grupo guerrillero negocia en la actualidad la paz con el Gobierno de su país, empero, los índices de criminalidad están lejos por desaparecer, tanto así que se su presencia ha incurrido en suelo ecuatoriano. «El ataque(…) no fue contra 11 militares, fue contra el Ecuador(…). No descansaremos hasta encontrarlos y hacer que paguen por sus actos», comunicó el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, durante la ceremonia, homenaje, y sepelio de los uniformados realizado en Quito.
Este lunes finaliza el tercer día de luto nacional que había implementado el presidente de la República del Ecuador, como homenaje a la memoria de los militares, quienes también fueron reconocidos como héroes nacionales. «Encontraremos a los responsables y los acabaremos», posteó el mandatario en su cuenta de X, con la novedad en que tan solo fue una publicación llana, sin dar mayor detalle o contexto de lo ocurrido.
Varios familiares de los militares fallecidos se pronunciaron ante la tragedia, en medio del dolor que implica el traslado de los cuerpos, autopsia, y justicia por su memoria. Los compañeros de clase de los militares asesinados, cargaron sobre sus hombros a los cuerpos inertes, con el acompañamiento del paso solemne.
Uno de los casos del preparativo de homenaje, fue el de Jefferson Iván Alvarado, cuyo cuerpo tuvo que ser manipulado durante horas por el personal forense para el proceso de autopsia, por lo que a su padre simplemente se le comunicaba que debía esperar. Sin embargo, agregó: «pedimos que se hagan las investigaciones y se dé con el paradero de los delincuentes». Además, Jorge Alvarado, padre del caído, manifestó estar dolido pero orgulloso de que su hijo, diera la vida estando en servicio activo al Ecuador.