El Mural de la Patria, del reconocido artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, se convirtió en el centro de un intenso debate en la Asamblea Nacional. Instalado en 1988 en la cámara legislativa, su fuerte simbolismo ideológico y político ha suscitado debates sobre su permanencia en un espacio gubernamental tan destacado.
El mural consta de 23 paneles de fibra de vidrio que representan una visión crítica de la historia y la sociedad ecuatorianas. Presenta figuras históricas como Dolores Cacuango y Eloy Alfaro, junto con imágenes que representan la lucha social, la opresión y la esperanza. Durante décadas, la pieza se ha interpretado como una poderosa denuncia de la injusticia y un llamado a la unidad nacional.
Los críticos argumentan que el mensaje del mural es demasiado parcial y no representa a todos los ecuatorianos. A finales de 2023, un editorial de El Diario Ecuador propuso reemplazar el mural con símbolos patrios que reflejen mejor los valores cívicos y democráticos. Varios legisladores y ciudadanos apoyan esta idea, exigiendo un arte público más inclusivo y neutral en las instituciones estatales.
La Fundación Guayasamín y la Municipalidad de Quito han lanzado iniciativas para proteger y promover el legado del artista, incluyendo la preservación de este controvertido mural. Sus esfuerzos buscan fomentar el diálogo nacional sobre el papel del arte político en los espacios públicos.
Según el debate se intensifica en redes sociales y medios tradicionales, la Asamblea Nacional aún no ha tomado una decisión. Se espera que las autoridades consideren la opinión pública y la importancia cultural antes de determinar el futuro del mural en la cámara legislativa.