La Cancillería ecuatoriana rechazó las acusaciones de Nicolás Maduro de que Ecuador se está convirtiendo en la principal ruta de tránsito de cocaína proveniente de Colombia, Perú y partes de Bolivia, calificándolas de «falsas» y «infundadas».
En un comunicado oficial, la Cancillería declaró que era «inaceptable que un líder dictatorial e ilegítimo desde el punto de vista democrático» intentara desacreditar «los esfuerzos de un país comprometido con la seguridad regional» haciendo referencia al jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro.
Esta tensión diplomática se produce en un momento ya de por sí delicado, ya que Ecuador limita con Colombia y Perú, importantes países productores de cocaína, y en los últimos años se ha consolidado como un centro de tránsito y exportación de drogas con destino a Europa y Norteamérica. En este contexto, la declaración de Maduro se presenta como una afrenta bilateral, y como un golpe polarizador en el discurso de seguridad regional.
Para el presidente Noboa, la disputa tiene un peso tanto a nivel nacional como internacional, pues por un lado, su Gobierno se enfrenta a la necesidad de defender su credibilidad en la lucha contra el narcotráfico; Por otro lado, el debate se está utilizando para movilizar a opositores políticos que perciben las acusaciones como parte de una campaña dirigida contra ellos.
