La calle Cuenca desemboca en la Plaza San Francisco. Solo unos metros antes, esta el Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado que, abrió sus puertas en el 2010, después de varios años de trabajos de restauración. En sus 1.970 metros cuadrados de construcción, alberga una colección de 600 piezas precolombinas expuestas y unas 4.000 mantiene en reserva.
Lleva ese nombre porque en la entrada hay un dintel de piedra donde yace una inscripción que dice: Alabado sea el Santísimo Sacramento. Frase que, en esa época, era una forma de saludar.
Esta casa colonial construida en el Siglo XVII, pertenecía a la burguesía quiteña. En otros tiempos fue una casa residencial donde vivían varias familias. Después se la usó para almacenamiento de productos para los mercados: San Francisco, San Roque y Santa Clara, ubicados en esta zona comercial.
Ahora es una de las casas mejor conservadas del Centro Histórico de Quito, su restauración deja apreciar el paso del tiempo y muestra esas tradicionales maneras de construcción. Las paredes anchísimas de adobe, las fundiciones en piedra, las columnas.
Tiene tres patios: el principal se conserva con un zaguán, ubicado al lado derecho de la entrada para impedir la vista desde afuera. El patio del arrayán y el más pequeño, el patio del higo.
Hay un jardín vertical muy lindo que, funciona como un homenaje al huerto de la casa, dice Elisa Ullauri, coordinadora del Área Educativa del Museo.
La intervención arquitectónica, que hizo Luis López López, conjuga elementos modernos y antiguos y deja ver un diálogo entre épocas, justamente por eso, presentamos piezas arqueológicas de culturas precolombinas, cuenta Ullauri.
Precisamente, en dos salas de este museo lleno de luces, sombras y magia, el pasado 6 de julio se inauguró la muestra “Animales y el mundo precolombino” y se exhibirá hasta el 13 de octubre de 2019.
La muestra se compone de 110 piezas arqueológicas que, representan animales en el mundo precolombino y lo relacionan con los animales que conocemos en el presente.
Fuente: El Universo