Cuando Beret lanzó su álbum debut, Prisma, llamó la atención su colaboración con Pablo Alborán. Un malagueño y un sevillano con más cosas en común de las que a priori pudiéramos pensar.
Ya habían grabado el vídeo de esta canción porque ellos mismos compartieron imágenes del rodaje en mitad de un desierto. Y dejaron claro que juntos saben cómo pasárselo bien y como maquillarse entre sí. Y gracias a que los artistas trabajan con previsión ahora podemos ver ese vídeo pese a la cuarentena.
Ambos se han montado su propio Burning Man Festival, ese evento que cada año se celebra en Nevada, en Estados Unidos, en el que el arte y lo surrealista se dan de la mano para deleite de todos los que entienden las distintas disciplinas artísticas como un todo.
Los dos andaluces se han ido a un desierto y se han rodeado de gente y esculturas que aportan color a un tema que habla de un desamor en el que no importa si hay malos y buenos. Una historia que muestra esa necesidad de cambiar lo que no funciona de uno mismo para estar con la persona a la que queremos.