El problema aumenta y autoridades israelíes y palestinas se culpan entre ellas.
Este lunes se reportó que más de 300 personas resultaron heridas, en su mayoría palestinos, en nuevos choques con policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén tras un fin de semana de disturbios en la Ciudad Santa.
Ante el aumento de la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU, a petición de Túnez, debe reunirse este día para abordar la situación en Jerusalén Este, sector palestino ocupado por Israel desde hace más de cinco décadas.
Cuando los llamados internacionales a la calma se multiplican, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogió la “firmeza” de las fuerzas de seguridad para garantizar la “estabilidad” en Jerusalén y criticó la cobertura “errónea” de los “medios internacionales”.
Por su parte, la Autoridad Palestina de Mahmud Abas denunció “una agresión bárbara” de las fuerzas israelíes.
En la mañana, cientos de palestinos lanzaron proyectiles a las fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas. Los policías replicaron con balas de goma y gas lacrimógeno.
La Media Luna Roja palestina informó de más de 305 palestinos heridos, de los cuales más de 200 tuvieron que ser evacuados en ambulancias. Por la tarde, la situación fue más tranquila en la explanada, tercer lugar santo del Islam y que los judíos llaman el Monte del Templo. Su acceso quedó limitado durante el día a fieles de más de 40 años.
Estos choques coinciden con la celebración este lunes, según el calendario hebreo, del “Día de Jerusalén” que marca la conquista de la parte oriental de la ciudad por Israel en 1967.
Está previsto que miles de israelíes participen en una “marcha de Jerusalén” esta noche en la Ciudad Vieja, acordonada por la policía, que pidió a los palestinos no salir de sus casas para evitar la violencia.
Adnan Farhud, doctor y director general del hospital Makassed, mencionando los heridos con balas de goma en ojos y rostro que son tratados en el centro médico, dijo, “Tememos que algo grave se produzca hoy”.
Nueve agentes resultaron heridos, según la policía israelí. La policía israelí indicó en un comunicado trabajar para intentar frenar la violencia en la explanada.
“La oración continúa como de costumbre” en el Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado del judaísmo y colindante a la Explanada de las Mezquitas, pero “no dejaremos a los extremistas que amenacen la seguridad del público”, agregó.
El viernes por la noche, más de 200 personas resultaron heridas en choques entre la policía y los palestinos en la explanada, en los disturbios más violentos desde 2017 en este lugar ultrasensible.
El sábado y el domingo, la calma volvió a la plaza, pero los enfrentamientos se desplazaron a otras áreas de Jerusalén Este, donde resultaron heridas más de cien personas, según la Media Luna Roja.
Una de las causas de la reciente tensión en Jerusalén Este es el porvenir de varias familias palestinas del barrio de Sheij Jarrah, amenazadas con ser expulsadas en beneficio de colonos israelíes.
El ministerio de Justicia, anunció ,“A la luz del contexto actual”, la Corte Suprema israelí aplazó una vista sobre el caso prevista este lunes.
Desde la Franja de Gaza, enclave palestino que controlan los islamistas de Hamás, se lanzaron además globos incendiarios y cohetes contra Israel en apoyo a los manifestantes de Jerusalén.
El ejército israelí anunció el disparo de siete cohetes más el domingo por la noche y a primera hora del lunes, dos de los cuales interceptó el sistema antimisiles israelí ‘Cúpula de Hierro’.
En represalia, tanques israelíes “atacaron puestos militares” de Hamás en el sur de la Franja de Gaza, indicó el ejército, que también cerró el paso fronterizo de Erez, el único que permite a los gazatíes pasar a Israel.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, pidió a los altos cargos “israelíes y palestinos que actúen para poner fin a la violencia” y expresó su preocupación por “la posible expulsión de las familias palestinas de Sheij Jarrah”.
Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán -países árabes que han normalizado las relaciones con Israel- expresaron su “profunda preocupación” y pidieron calma a Israel, al igual que el Cuarteto para Oriente Medio (Estados Unidos, Rusia, la ONU y Unión Europea), que pidió “moderación”.
Finalmente, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a Israel a “detener las demoliciones y las expulsiones, conforme a sus obligaciones” estipuladas por las leyes internacionales.
Foto cortesía EFE