La llegada del Talibán a Kabul, la capital de Afganistán, despertó el miedo en los ciudadanos, principalmente en las mujeres. Con este retorno al poder 20 años después, las mujeres en Afganistán tienen miedo a perder los derechos sociales y económicos que ganaron en las dos últimas décadas.
El Talibán impone una interpretación radical y restrictiva de la ley islámica que restringe notablemente los derechos de las mujeres. Estos son algunos de los cambios que se observan ya en Kabul contra las mujeres en los primeros días de control talibán:
Las mujeres no pueden trabajar; únicamente algunas, como doctoras o enfermeras, en algunos hospitales
Las mujeres no pueden hacer nada fuera de casa sin su ‘mahram’ o ‘guardián’ (padre, hermano o marido)
Las mujeres no pueden comerciar
Las mujeres no pueden ser tratadas por médicos o enfermeros masculinos
Las mujeres no pueden estudiar en escuelas, universidades o instituciones educativas, entre otras prohibiciones.
Tras el avance del Talibán en Afganistán, muchos derechos sociales y económicos alcanzados durante los últimos 20 años se acabaron de repente, muchas mujeres en Kabul sienten miedo y desesperanza. Una joven describió la ciudad como «silenciosa». El Talibán gobierna la ciudad y todos están en casa, «Tenía muchos planes para mi futuro, pero ahora no puedo ir al trabajo ni a la universidad», agregó.