Tras el mayor pico de energía sísmica registrado el viernes por la noche, y tras la lluvia de fragmentos de lava -lapilli- y ceniza generada, ayer se rompió finalmente el cono por el lado suroeste, generando una «enorme colada» que tomó el rumbo directo hacia el mar. Así lo explicó Carlos Lorenzo, geólogo, después de que el Instituto para el que trabaja, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), constatase de la mano de sus drones la ruptura.
Lorenzo difundió un vídeo en las redes sociales donde mostraba que el volcán, en plena efervescencia, tenía un cráter más ancho despojado de la cima.«Se ha roto por la parte suoroeste, y deja una colada enorme de bloques muy grandes desplazándose por la ladera en dirección hacia el mar», explicó, al tiempo en que su equipo se dirigía hacia una nueva reunión del comité director del Plan de Emergencia Volcánica de canarias (Pevolca).
Como consecuencia de la rotura del cono, se advirtió un nuevo foco de emisión, con gran energía, pero no mayor peligrosidad, destacó el director del comité científico. Morcuende incidió en que «los distintos centros de emisión que van sucediéndose, en los que van apareciendo centros de emisiones, son habituales en los volcanes de Canarias».
La lava ha cubierto desde que comenzó la erupción el pasado domingo 19 de septiembre más de 190 hectáreas destruyendo hasta el momento 420 edificaciones, además de 16 kilómetros de carreteras, conforme a los últimos datos facilitados por el satélite del programa Copernicus de la Unión Europea.