El secretario general de la ONU, António Guterres, considera que el ataque terrorista en una mezquita chií en Kunduz, Afganistán, es un ataque bárbaro. Así lo afirmó en una sesión informativa Stephane Dujarrick, portavoz del Secretario General.
«El secretario general de la ONU condena este bárbaro ataque y expresa sus condolencias a las familias de las víctimas», dijo Dujarrick.
Guterres dijo en un comunicado generalizado que este es el tercer ataque a sitios religiosos en el país en menos de una semana. «Los ataques contra civiles que ejercen su derecho a la libertad de religión son una violación de los derechos humanos fundamentales y del derecho internacional humanitario. Los organizadores deben ser llevados ante la justicia», se lee en el texto.
Unas 100 personas murieron y decenas resultaron heridas este viernes en una poderosa explosión en la mezquita chií de Seyid Abad en la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán.
El ataque tuvo lugar alrededor de las 13:30 hora local (04:00 hora de Guayaquil) con una gran multitud de personas reunidas para las oraciones del viernes. Según datos preliminares, el atacante suicida detonó un artefacto explosivo mientras estaba dentro de la mezquita.
«Esta tarde hubo una explosión en la mezquita de nuestros compatriotas chiitas, dando como resultado que varios de ellos se convirtieran en mártires y que otros resulten heridos», dijo a través de Twitter, Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes y Ministro de Información y Cultura.
La explosión de la mezquita en Kunduz muestra todos los signos de las acciones terroristas del Estado Islámico del Gran Jorasán, dependiente del Estado Islámico de Irak y el Levante; grupo que más tarde se adjudicó el atentado.
En el pasado, ISIS – Jorasán, ha atacado repetidamente a la minoría chií afgana, con terroristas suicidas que volaron mezquitas, clubes deportivos y escuelas. EI también ha intensificado su campaña de agresiones contra los talibanes en las últimas semanas.
Los yihadistas siguen expandiendo su presencia en el país, esto, a pesar de que los talibanes afirman haber arrestado a decenas de sus miembros, y que presuntamente mataron a muchos sospechosos de tener vínculos con el grupo; el gobierno del Emirato Islámico de Afganistán siempre ha minimizado las amenazas del EI.
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