La crisis migratoria en la frontera entre Polonia y Bielorrusia necesita una solución política. Así lo afirmó en una sesión informativa este jueves el representante oficial del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric.
«Estamos agradecidos con Minsk por haber tenido acceso a la gente en Bielorrusia, pero obviamente esto es parte de un problema político más amplio que debe abordarse a nivel político», dijo.
Anteriormente, el representante del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados en Bielorrusia, Mulusew Mamo, visitó un campo de refugiados en la frontera, señaló que las condiciones que prevalecían allí no eran las mejores y prometió a los migrantes el suministro de ayuda humanitaria.
La crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia con Letonia, Lituania y Polonia, donde los migrantes se han apresurado desde principios de año, se intensificó drásticamente el 8 de noviembre. Varios miles de personas vinieron del lado bielorruso a la frontera con Polonia y no abandonaron la zona fronteriza, algunas de ellas intentaron ingresar al territorio de Polonia, rompiendo la cerca de alambre de púas. Los países de la UE acusan a Minsk de intensificar deliberadamente la crisis y piden la imposición de sanciones. El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, dijo que los propios países occidentales son los culpables de esta situación, debido a cuyas acciones, la gente está huyendo de las guerras de Medio Oriente.
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