
‘Medir la Tierra’, la exposición con la que el Museo Nacional (MuNa) recuerda el 120 aniversario de la II Misión Geodésica Francesa en Ecuador, invita a un recorrido por el pasado, pero también evoca reflexiones sobre mediciones pendientes para conocer las nuevas realidades de la sociedad.
Las paredes de una sobria sala de este museo de Quito acogen hasta el 22 de enero de 2022 paneles sobre la histórica Misión, realizada entre 1901 y 1906 y cuyo objetivo fue el de corroborar el tamaño y la forma de la Tierra, tras una primera misión entre 1736 y 1744 y los numerosos avances científicos registrados en los siglos XVIII y XIX.
Fotos en blanco y negro de carretas haladas por caballos, de llamas de carga, de rudimentarias tiendas de campaña en lugares de investigación, son parte de las más de cuarenta piezas en exposición, en la que también hay mapas, libros, óleos, acuarelas y mobiliario de la época.
En ese momento esas eran las únicas evidencias de cómo era la población de nuestro territorio, y se enviaban a Francia para registro de las personas y sus costumbres”, explicó a EFE Alexandra Cárdenas, responsable de la Unidad de Servicios Culturales del MuNA.
Lugar destacado ocupa un arcón con catre plegable, que cargaban los indígenas para ayudar a los científicos.
Para Cárdenas, la exposición recuerda parte de la historia, la conformación de la identidad y los procesos científicos que ayudaron a la construcción del Estado-Nación y de su proceso de modernización.
Pero la II Misión es “tal vez el último esfuerzo de descubrimiento de la geografía nacional”, de rincones que “quedaban por documentar”, y provocó en Ecuador una “reflexión sobre las ciencias sociales, una preocupación por las culturas, pueblos, tradiciones (y) costumbres”, comentó a EFE.
Es otra medición del territorio ecuatoriano. Ya no la altura de las montañas o el largo de los ríos, sino la cantidad de culturas, densidad de lenguas, cantidad de trajes. De colores y matices”, apostilló el funcionario al especular sobre otras cosas que quedarían por “medir” ahora.
“Tal vez tendríamos que hacer dolorosos mapas sobre la violencia hacia la mujer, sobre los bosques perdidos”, reflexionó.
Un mensaje, el de seguir “midiendo” Ecuador, que la exposición trata de trasladar al visitante como reto de futuro
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