Este sábado 7 de mayo, Corea del Norte disparó un misil balístico de corto alcance, desde un submarino hacia su mar oriental, así lo asegura el Ejército surcoreano. Este lanzamiento se suma al del pasado 3 de mayo hacia el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas).
El segundo lanzamiento se produjo desde aguas cercanas a la ciudad portuaria oriental de Sinpo, donde Corea del Norte tiene un importante astillero o centro de desarrollo que construye submarinos y es la zona donde el régimen suele testar este tipo de proyectiles, informó el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano.
“Nuestro ejército detectó hoy a las 14.07 (5.07 GMT) que Corea del Norte disparó un misil balístico de corto alcance, que se estima que es un SLBM, desde la zona costera de Sinpo en la provincia de Hamgyong del Sur hacia el mar del Este (nombre que recibe el mar de Japón en las dos Coreas)”, explicó el Estado Mayor Conjunto (JCS) en un comunicado.
La información que comparte el país es que el misil voló 372 millas (600 km) a una altitud máxima de 37 millas (60 km). Además. El Ejército surcoreano lo describió como una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y un “acto de amenaza grave que perjudica la paz y la estabilidad internacionales.” Los medios de comunicación estatales norcoreanos aún no han comentado esta prueba.
Este hecho ocurre tres días antes de la toma de posesión del presidente electo de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, que ha prometido adoptar un enfoque más duro respecto a las ambiciones nucleares del Norte, y de una visita de Joe Biden a Seúl que vendrá marcada además por el nuevo test nuclear que está preparando el régimen de Kim Jong-un.
El órgano militar surcoreano insistió hoy en que “los recientes lanzamientos de una serie de misiles balísticos por parte de Corea del Norte constituyen una grave amenaza para la paz y la estabilidad de la península de Corea, así como para la comunidad internacional”.
En lo que va del año, Corea del Norte ha disparado 15 misiles, un ritmo inusualmente rápido que, según los expertos, subraya una maniobra de intimidación destinada a forzar a Estados Unidos a aceptar la idea de que el país es una potencia nuclear y a eliminar las sanciones paralizantes.
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Fuente: EU