Durante una protesta organizada por las esposas de hombres movilizados en medio de un creciente movimiento de mujeres que exigen que sus maridos e hijos regresen a casa después de luchar en Ucrania, varias personas, incluidos periodistas de organizaciones de prensa extranjeras, han sido detenidas en Moscú después de que las autoridades reprimieran a los manifestantes en la sede electoral del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Se informó que la manifestación , bautizada «500 días de movilización», llevó a las mujeres a los muros del Kremlin antes de trasladarse a la cercana sede electoral de Putin. El medio de noticias independiente ruso SOTAvision publicó en su canal Telegram que un corresponsal vio a las fuerzas de seguridad «arrebatando a personas al azar entre la multitud, y sólo a hombres».
Al rededor de 27 personas, entre ellas sólo un manifestante, fueron conducidas en una furgoneta policial a la comisaría de Kitay-Gorod, donde se encuentran actualmente detenidas. según se conoce, se les envió un abogado pero le fue negado el acceso.
El grupo de medios ruso independiente Mediazona informó este sábado que entre los detenidos se encuentran periodistas que trabajan para Kommersant, France Press y Spiegel, así como activistas de derechos humanos.
Otros siete periodistas que cubrían la manifestación fueron llevados a la comisaría de policía de Basmanny, informó OVD-info. Entre ellos se encuentra el representante de la compañía de televisión japonesa «Fuji», Andrei Zaiko, informan.
Desde entonces, un empleado de los medios estatales ha sido liberado de Kitay-Gorod junto con tres menores, según OVD-info informó en Telegram.
«Los agentes de policía les dijeron que planeaban liberar pronto al resto de los empleados de los medios de comunicación federales y extranjeros, pero que dejarían a los representantes de los medios de comunicación de ‘agentes extranjeros’ en la comisaría. A todos los detenidos también les quitaron sus teléfonos», indicaron.
La ley de agentes extranjeros de Rusia se amplió a finales de 2022 para incluir a personas o grupos que «recibieron apoyo y (o) están bajo influencia extranjera», cuestionada como una medida del Kremlin para silenciar a quienes critican su guerra contra Ucrania, incluidos los periodistas.