El presidente venezolano, Nicolás Maduro, considerado un dictador hasta por los propios presidentes de izquierda de la región debido a su autoritarismo, ha vuelto a ser noticia por sus polémicas declaraciones, esta vez dirigidas a las recientes elecciones presidenciales de Ecuador. Tras la victoria del presidente Daniel Noboa sobre la candidata correísta Luisa González, Maduro ha calificado el proceso electoral de «fraude horroroso». Sus comentarios se producen a pesar de la ausencia de pruebas formales o denuncias oficiales, y han generado críticas por socavar los procesos democráticos en países vecinos.
En respuesta, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador, Diana Atamaint, defiende firmemente la transparencia y la legitimidad de las elecciones. Atamaint confirma que no se ha presentado ninguna solicitud formal para revisar las actas de votación y asegura al público que el proceso se llevó a cabo con los más altos estándares de rendición de cuentas. «Estamos demostrando con documentos que el proceso fue completamente transparente», afirma, desestimando las acusaciones de fraude por infundadas y con motivaciones políticas.
Atamaint también aborda directamente las acusaciones de Maduro, respondiendo con ironía a sus denuncias de fraude y a su calificación de dictador contra Noboa. «Si el señor Maduro dice que hubo fraude, significa que estamos haciendo las cosas bien en Ecuador», bromea, añadiendo que un cumplido de Maduro habría sido más preocupante. Sus comentarios resaltan el marcado contraste entre el sistema democrático ecuatoriano y el régimen autoritario que Maduro lidera en Venezuela, donde las elecciones suelen ser criticadas por su falta de legitimidad.
Mientras tanto, la oposición venezolana ha recibido un apoyo masivo a la reelección de Noboa. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) felicita a Noboa y lo insta a mantener políticas que apoyen a los más de medio millón de venezolanos que residen en Ecuador. La líder opositora María Corina Machado también celebra el resultado electoral, declarando en redes sociales: «Ecuador ganó, América ganó, la libertad y la democracia ganaron».
Por otro lado, Maduro intenta sembrar dudas sobre las elecciones ecuatorianas, sus comentarios parecen cada vez más alejados del sentir regional y de la observación internacional. Además afirma que se está imponiendo un proyecto colonialista mediante un fraude, a pesar que líderes y ciudadanos de la mayoría de Latinoamérica reconocen las elecciones ecuatorianas como un ejercicio democrático legítimo. En marcado contraste con la retórica de Maduro, Ecuador demuestra su fortaleza institucional y su compromiso con los valores democráticos.