Tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador de 2025, Luisa González, candidata del movimiento Revolución Ciudadana, se niega a reconocer su derrota ante el presidente en ejercicio Daniel Noboa. A pesar de que Noboa obtuvo aproximadamente el 56% de los votos, González alega irregularidades electorales y ha solicitado un recuento, alegando lo que describe como un fraude «grotesco». Sin embargo, aún no ha aportado pruebas concretas que respalden estas afirmaciones.
Contrariamente a la postura de González, varias figuras prominentes dentro de su propio movimiento político han aceptado los resultados electorales. Cabe destacar que Pabel Muñoz, alcalde de Quito, junto con otros miembros como Aquiles Álvarez y Marcela Aguiñaga, han reconocido la victoria de Noboa. Muñoz ha instado al Consejo Nacional Electoral (CNE) a abordar cualquier inconsistencia electoral a través de las vías legales pertinentes, enfatizando la importancia de los procesos institucionales.
Los observadores internacionales también han intervenido, y la misión de observación de la Unión Europea rechazó categóricamente las acusaciones de fraude electoral. Afirmaron que las elecciones se llevaron a cabo de forma libre y transparente, sin encontrar indicios de manipulación. Esta opinión es compartida por otros organismos internacionales, como la Organización de los Estados Americanos y Estados Unidos, que han reconocido la reelección de Noboa.
La discordia interna dentro del movimiento Revolución Ciudadana pone de manifiesto una división entre su liderazgo y sus bases. Si bien González mantiene su posición, el reconocimiento de los resultados electorales por parte de figuras influyentes del partido sugiere un posible cambio hacia la aceptación institucional y un enfoque en abordar las preocupaciones a través de los marcos legales establecidos.
Noboa se prepara para comenzar su nuevo mandato, y enfrenta el desafío de unir a una nación políticamente polarizada. Su administración deberá sortear las complejidades de los desacuerdos internos del partido, abordar las preocupaciones públicas sobre la integridad electoral y trabajar para fomentar la cohesión nacional en un clima marcado por el escepticismo y la división.