En una impactante revelación, se demostró que soldados de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) fueron responsables de la brutal muerte de cuatro menores del sector de Las Malvinas en Guayaquil. Entre la noche del domingo 27 de abril y la madrugada del lunes 28 de abril de 2025, las autoridades realizaron una segunda reconstrucción de los hechos relacionados con el caso Las Malvinas, revelando más detalles sobre la desaparición forzada y el asesinato de los menores ocurridos en diciembre de 2024.
Las investigaciones realizadas en Durán, en el peaje de la autopista Durán-Tambo y en una zona rural de Taura (Naranjal, Guayas), revelaron nuevos testimonios que profundizaron la implicación de los 16 soldados de la Fuerza Aérea acusados en el caso. Cuatro de los acusados brindaron nuevos testimonios que describieron el brutal maltrato que sufrieron las víctimas antes de ser asesinadas. Los cuerpos de Steven Medina, de 11 años, Josué Arroyo, de 14, Saúl Arboleda e Ismael Arroyo, ambos de 15, fueron encontrados carbonizados en una zona remota de Taura el 24 de diciembre de 2024.
Según las confesiones de los soldados, los niños fueron sometidos a una violencia atroz, que incluyó golpes con cinturones, repetidas patadas, puñetazos, golpes en la cabeza y llaves de forcejeo. Durante los ataques, también se disparó un arma peligrosamente cerca de ellos. Las brutales agresiones formaron parte de la secuencia de violencia que comenzó cuando los menores fueron capturados en la intersección de la avenida 26 de Julio y la calle Ernesto Albán, en el sur de Guayaquil, la noche del 8 de diciembre de 2024.
Otros testimonios revelaron detalles aún más escalofriantes: durante el transporte en vehículos militares, un cabo presuntamente arrojó de cabeza a dos de los adolescentes desde la parte trasera de una camioneta, causándole a uno de ellos una grave lesión en la cabeza. El convoy se había detenido cerca de la zona de peaje cuando ocurrieron estos nuevos actos de violencia, según el relato de uno de los soldados acusados que cooperó con los investigadores.
La segunda reconstrucción proporcionó evidencia más clara del abuso sistemático que los menores sufrieron a manos del personal militar antes de morir. La brutalidad de las agresiones y las acciones deliberadas que llevaron al asesinato y la quema de las víctimas pusieron de manifiesto un patrón de crueldad que conmocionó a la nación e intensificó los reclamos de justicia contra los responsables.