En la madrugada, el Bloque de Seguridad de Ecuador desata una ofensiva de alto impacto denominada «Apolo 15», dirigida contra redes criminales violentas que operan en distritos importantes de la provincia de Guayas. Con 130 operativos coordinados en Durán, Pascuales, Esteros, Florida y Nueva Prosperina, el Estado responde con contundencia a la creciente inseguridad que ha azotado estos sectores urbanos.
La ofensiva se centra en desmantelar las operaciones de tres importantes grupos del crimen organizado: Chone Killeres, Los Águilas y Los Lobos. Las autoridades llevan a cabo la misión con precisión, desplegando a cientos de agentes del orden en un esfuerzo sincronizado para debilitar el liderazgo y la logística de estas bandas. Los residentes se percatan de la presencia de personal armado que asegura bloques enteros.
Al final del operativo, 23 personas se encuentran detenidas, entre ellas tres menores de edad y dos personas de rango medio consideradas vitales para la estructura criminal. Las autoridades también confiscaron un alijo de armas, incluyendo armas de fuego, cuchillos, explosivos y municiones, lo que dificultó aún más la capacidad de estos grupos para operar a corto plazo.
Además del armamento, la policía recuperó más de 18 teléfonos móviles, lo que sugiere un conjunto de inteligencia que podría contribuir a las investigaciones en curso. Las autoridades también incautaron narcóticos ilegales y recuperaron varios vehículos, que se cree fueron utilizados en la comisión de diversos delitos en toda la provincia.
El Ministerio de Defensa Nacional confirmó que esta misión forma parte de un esfuerzo más amplio y sostenido para recuperar zonas bajo influencia criminal. Enfatizó que operaciones como la del Apolo 15 no son eventos aislados, sino un componente de una estrategia de seguridad nacional a largo plazo destinada a neutralizar las células del crimen organizado.
En tanto el país enfrenta una ola de violencia impulsada por el narcotráfico y las disputas entre terroristas, el éxito de esta operación constituye una declaración breve pero contundente: las fuerzas de seguridad de Ecuador mantienen su compromiso de ejercer control sobre sus regiones más vulnerables, independientemente del costo o la complejidad de la misión.