El presidente ecuatoriano Daniel Noboa y el mandatario venezolano Nicolás Maduro han intensificado el intercambio de acusaciones mutuas, cada uno etiquetando al otro de «dictador», profundizando las tensiones diplomáticas entre ambos países. Noboa critica al gobierno de Maduro por prácticas autoritarias, mientras Maduro contraataca acusando a Noboa de fascismo y elitismo.
En enero de 2025, el gobierno ecuatoriano condenó la toma de posesión de Maduro para un nuevo mandato, calificándola de continuación de un «camino dictatorial» que irrespeta la voluntad del pueblo venezolano. Noboa también denunció la detención de la líder opositora María Corina Machado, calificando el acto de «brutalidad de una dictadura».
Maduro respondió con duras críticas, llamando a Noboa «fascista» y «pelucón» (un término peyorativo para las élites), acusándolo de convertir a Ecuador en un país inseguro y de abrir las puertas al Comando Sur de Estados Unidos. También sugirió que Noboa debería centrarse en los problemas internos de Ecuador.
La Asamblea Nacional de Ecuador, por su parte, aprobó una moción en marzo de 2025 instando a Noboa a solicitar a la Corte Penal Internacional que emita una orden de arresto contra Maduro por crímenes de lesa humanidad. Noboa también criticó la decisión de Maduro de negarse a repatriar a los venezolanos deportados desde EE.UU., calificándola de «miserable» y típica de «regímenes autoritarios».
La escalada verbal entre ambos líderes refleja la creciente polarización política en América Latina, con Ecuador adoptando una postura crítica hacia el régimen de Maduro y buscando apoyo internacional para impulsar un cambio democrático en Venezuela.