El 22 de abril de 2025, un ataque terrorista en Pahalgam, en la región de Cachemira administrada por la India, resultó en la muerte de 26 turistas y dejó más de 20 heridos. El grupo insurgente Frente de Resistencia (TRF), asociado con Lashkar-e-Toiba, se atribuyó la responsabilidad del ataque, que tuvo como objetivo principalmente a turistas hindúes. Este fue el ataque más mortífero contra civiles en la región desde los ataques de Mumbai en 2008.
En respuesta, el gobierno indio suspendió el Tratado de Aguas del Indo de 1960, que regula el reparto de los recursos hídricos con Pakistán. Además, India revocó todas las visas de ciudadanos paquistaníes, ordenó el cierre del puesto fronterizo de Attari-Wagah y expulsó a los diplomáticos paquistaníes de Nueva Delhi. El primer ministro Narendra Modi ha prometido perseguir y castigar a los responsables del ataque.
Pakistán ha rechazado las acusaciones de participación en el ataque, calificándolas de infundadas. En represalia, Islamabad suspendió todos los acuerdos bilaterales con la India, incluido el Acuerdo de Simla de 1972, cerró su espacio aéreo a los aviones indios, canceló las visas de los ciudadanos indios y ordenó a los diplomáticos indios abandonar el país. El gobierno paquistaní también ha advertido que cualquier intento de desviar el flujo de las aguas del Indo será considerado un acto de guerra.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la creciente tensión entre las dos potencias nucleares. Varios países y organizaciones, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y las Naciones Unidas, condenaron el ataque y pidieron moderación a ambas partes. Los expertos advierten que la suspensión del Tratado de las Aguas del Indo, que ha resistido conflictos anteriores, representa un empeoramiento significativo en las relaciones entre los países.
La situación sigue siendo volátil y existe el riesgo de que se produzcan más enfrentamientos en la región de Cachemira. Los analistas temen que la actual crisis diplomática pueda escalar a un conflicto armado si no hay esfuerzos inmediatos de mediación y diálogo entre India y Pakistán. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, consciente de las implicaciones regionales y globales de una posible escalada militar.
