Cerca de las 12:00 del lunes 3 de junio de 2024, Mayra Salazar, cooperadora eficaz de la Fiscalía, comenzó su testimonio anticipado en el caso Purga, que investiga una red de corrupción operando en la Corte Provincial de Justicia del Guayas, donde ella trabajaba.
Como lo hizo anteriormente en el caso Metástasis, la relacionista pública que trabajaba para la expresidenta de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, Fabiola Gallardo, mencionó nuevamente al exasambleísta socialcristiano Pablo Muentes. Para la Fiscalía, Muentes es uno de los autores del presunto delito de delincuencia organizada por supuestamente influir en la administración de justicia.
Salazar afirmó que cuando la contactaron para contratar sus servicios comunicacionales en la Corte del Guayas, le informaron que le presentarían a quien pagaría sus honorarios. El juez Johan Marfetán coordinó una reunión con Muentes en su domicilio, ubicado en la Isla Mocolí.
Eso fue el preámbulo de la asesora de Gallardo para declarar que Pablo Muentes se beneficiaba de contratos en la Corte del Guayas. Antes de mencionar esto, responsabilizó al exlegislador por su seguridad física y la de su abogado.
La comunicadora afirmó que Pablo Muentes le reveló ser el beneficiario de contratos de limpieza en las dependencias judiciales del Guayas, los cuales manejaba a través de sociedades y cuyos montos alcanzaban aproximadamente USD 1,4 millones. «El único año en el que Muentes no habría obtenido el contrato de limpieza fue durante el período de María Josefa Coronel, como directora del Consejo de la Judicatura del Guayas».
Aprovechó para mencionar nuevamente la acción de habeas data presentada por Muentes y su esposa Mónica Alvarado contra el Banco del Pacífico. Este recurso fue conocido por el juez Reinaldo Cevallos, quien ordenó a la entidad pagar una reparación integral de USD 3,9 millones. El banco apeló esta decisión, y el caso pasó al Tribunal integrado por los jueces Johan Marfetán, Guillermo Valarezo y José Poveda. Este último será vinculado al caso la tarde del lunes 3 de mayo. Además, Salazar señaló que el juez Lino Ramos no redactó el fallo en el caso presentado por el Banco del Pacífico, sino que fue escrito por Tatiana Villafuerte, exasesora de Pablo Muentes en la Asamblea.
La relacionista pública, quien está bajo protección como testigo en el caso Metástasis, afirmó haber adquirido cuentas troll para difamar a Ricardo Noboa y Guillermo Lizarzaburu.
Mayra Salazar organizó la compra de estas cuentas troll en la plataforma de redes sociales X con el propósito de atacar a Ricardo Noboa, abogado externo del Banco del Pacífico, y al periodista Guillermo Lizarzaburu, quien había denunciado el tráfico de tierras en el que estaba implicado Pablo Muentes. Agregó que posee audios que corroboran las instrucciones recibidas en este caso, así como las cuentas utilizadas.
Mayra Salazar explicó su participación en un caso relacionado con el Colegio de Ingenieros del Ejército, donde buscaba obtener un fallo judicial en la provincia de Guayas, a pesar de que el conflicto ocurrió en Pichincha. Además, mencionó que mantenía conversaciones con una persona identificada como Andrés Militares, quien la instaba a intervenir ante los magistrados para que dictaran un fallo favorable en un litigio millonario contra la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas de Quito. La Fiscalía alega que, como resultado de estas acciones, Salazar recibió un pago de USD 1,485 en su cuenta bancaria como coima para cambiar el revestimiento del piso en una sala de la Corte Provincial del Guayas.
Durante su declaración, Salazar también mencionó que Gallardo fue quien le solicitó que se acercara a José Adolfo Macías Villamar, también conocido como ‘Fito’, debido a que el Tribunal conformado por ella como ponente, el juez Reinaldo Cevallos y la jueza Carmen Vásquez, iba a conocer la apelación relacionada con el traslado del líder de ‘Los Choneros’ de La Roca a la cárcel Regional. Salazar habría establecido contacto con ‘Fito’ porque desde el año 2017 llevaba a cabo actividades sociales en las cárceles de Guayaquil.