Es imposible sostener a largo plazo el estilo de vida que llevamos hoy en día: la demanda de recursos naturales ya está en un máximo, sigue aumentando y, según datos de la ONU, si la población continúa creciendo como se prevé, para 2050 podríamos necesitar el equivalente a tres planetas para satisfacer nuestras exigencias. Pero no estamos indefensos ante este panorama sombrío, podemos aportar a través de tres acciones clave: reducir, reutilizar, reciclar.
El 17 de mayo se celebra el Día del Reciclaje, una oportunidad para concientizar sobre una práctica omnipresente en el discurso público, pero que al menos en términos numéricos no ha dado el resultado que muchos esperarían, ya que, por ejemplo, solo el 9% de todos los residuos plásticos que se han generado en la historia se han reciclado.
En ocasión de esta conmemoración, aprovechamos para explicarte tres conceptos vinculados a la gestión de los residuos que están intrínsecamente relacionados y que a veces confundimos: reducir, reutiliza y reciclar (y el orden en que te los explicamos no es casual). Y respondemos a una de las preguntas clave: ¿cuán útil es realmente?
Reducir
Una oración resume a la perfección lo que implica reducir en este contexto: el mejor residuo es el que no se genera. Reducir, tal como explica ONU-Habitat, es “evitar el consumo de productos que realmente no son necesarios y que además llevan consigo elementos que en muy poco tiempo van a convertirse en basura”.
Esta práctica hay que entenderla en el contexto de dos cifras claves: cada año se juntan 11.200 toneladas de residuos sólidos, según la ONU; y la desintegración de su fracción orgánica es responsable de cerca del 5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
La lógica de reducir el consumo, por cierto, va más allá de los productos que luego se convertirán en residuos y aplica, por ejemplo, también a recursos como el agua y la energía.
Reutilizar
Reutilizar, tal como explica ONU-Habitat, consiste en “dar un segundo uso a aquellos productos que ya no son útiles para la tarea que por la cual se adquirieron o bien repararlos para que puedan seguir cumpliendo con su función”.
La reutilización se está abriendo camino en numerosas industrias, por ejemplo la de la moda — la segunda industria más contaminante del mundo, que produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo—, donde la venta de ropa de segunda mano ha crecido de manera constante y se espera que alcance los US$ 64.000 millones en ventas para 2024, según un informe de ThredUp y GlobalData.
Reciclar
Reciclar, mientras tanto, implica un tratamiento de los residuos para su uso en otros productos.
Este proceso requiere de la intervención de varias partes: en los hogares se deben clasificar correctamente los residuos con base en los sistemas de cada ciudad, luego depositarlos en los lugares correspondientes, que de allí se los traslade a plantas de reciclaje y, por último, se utilice la materia que sale tras el proceso que se les realiza en otros productos. Esto permite, en conclusión, ampliar la vida útil de los residuos.
Del papel japonés a las cenizas inglesas, algunos hitos en la historia de la reutilización y reciclaje
Existe la creencia de que el reciclaje tal como lo concebimos ahora se originó en Japón, según consigna WWF Chile en este artículo. Allí, explican, en el entorno del año 1030 “comenzó la primera reutilización de papel desechado de la que se tenga registro”. Hasta entonces loa materiales para hacer el papel llegaban de plantas como el cáñamo (con una salvedad: parece indudable que los chinos ya utilizaban previamente la recuperación de papel), dice WWF).
En Inglaterra los primeros “recicladores profesionales” surgieron en la época victoriana: recolectaban el polvo y cenizas de los incendios domésticos. ¿Para qué se usaba? La expandió de Londres, explican, hizo que hubiera una gran demanda de cenizas de carbón para hacer ladrillos, mientras que en las industrias agrícolas se usaban como fertilizantes.
Un tercer hito en la historia del reciclaje tuvo lugar en la lucha de Estados Unidos por si independencia, donde para “apoyar los esfuerzos militares” se reutilizaron metales, telas y más materiales. Fue en Estados Unidos, precisamente en Chicago y Cleveland, donde cerca del 1900 comenzaron a funcionar las primeras instalaciones para reciclar aluminio.
¿Es reciclar la solución para el problema de la contaminación?
Reciclar es una de las acciones impulsadas, desde hace décadas, a múltiples niveles que van desde organismos internacionales a gobiernos locales. Sin embargo, muchos se preguntan si realmente puede solucionar el problema de la contaminación que generan los residuos.
Tomemos un caso concreto: el plástico, que representa el 85% de los residuos que terminan en los océanos, según un informe clave publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en octubre de 2021, y cuya presencia en los mares casi se triplicará para 2040 según las previsiones. Para ese año (que está más cerca de lo que creemos) habrá el equivalente a 50 kg de plástico por metro de costa.
Ese informe enfatiza que, para hacer frente al problema, lo necesario es una “reducción drástica del plástico innecesario, evitable y problemático”, según informa la ONU. Reducción: esa es la palabra clave. Los autores del estudio, dice el organismo, “rechazan que el reciclaje sea la salida”, señalando las bajas tasas de esta práctica.
El informe afirma que el problema no se solucionará con una estrategia, sino que la apuesta debe ser a “múltiples intervenciones sinérgicas en las fases iniciales y finales de la producción y el uso del plástico”. En este marco, señala acciones que ya están en marcha en distintos países como las políticas que promueven la circularidad, “la eliminación gradual de productos y polímeros innecesarios, evitables y problemáticos”, el uso de herramientas de carácter fiscal como impuestos, el fin a subvenciones que puedan ser perjudiciales y el desarrollo de materiales menos contaminantes.
¿Dónde quedamos nosotros en este marco? Necesitamos generar, afirma la ONU, una mayor conciencia como consumidores para tomar las decisiones que sean más responsables tendientes a la reducción.
Greenpeace España, en un informe de 2019 que analiza las dificultades en la gestión de los envases plásticos en el país y en el que concluye que reciclar no es suficiente, lo explica de manera muy clara: hay que reducir, reutilizar y, si no queda otra opción, reciclar de verdad. Esto es imprescindible si no queremos que nuestro mundo esté cubierto de plástico de un solo uso.
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